¿Cómo has vivido esta sexta temporada con el aumento de protagonismo de Roque?
Para mí, esta temporada ha sido la mejor ya que a nivel personal he tenido mucho más protagonismo y, además, creo que ha tenido una buen acogida. Roque ha evolucionado, ahora tiene un rol propio y una trama. A nivel personal, ha sido muy importante para mí, y como actor, me ha permitido lucirme mucho más. Creo que no ha salido mal, soy muy autocrítico conmigo y esta vez me ha gustado.
¿Cómo afrontas la última temporada de 'El Internado'?
La séptima temporada la afronto con muchas muchas ganas, esperando poder seguir haciéndolo bien y teniendo el mismo protagonismo.
¿Te da pena que se acabe?
No porque creo que se cierra un ciclo, es una serie tiene un principio y un final. No pueden entretenerse mucho con la trama.
¿Sabías desde el principio que Roque iba a ser el traidor?
Me enteré cuando me dieron el guión, todos queríamos ser el traidor y me tocó a mí (risas).
¿Ya ha desaparecido ese temor de que Roque muera?
Le pese a quien le pese, ahí está Roque dando guerra en la última temporada. No sería un mal final para mi personaje que muriera en la siguiente, no me importaría. Pero no tengo ni idea, aquí nunca se sabe.
¿Te vas a guardar algo como recuerdo cuando acabe la serie?
No lo sé, a lo mejor pido algún jersey, pero no soy de guardar muchos recuerdos. Tengo el episodio piloto y, si muero en alguno, ese también me lo guardaría. Me quedo con los recuerdos y así no ocupan espacio en mi piso (risas).
Si pudieras decidir el final de 'El Internado' ¿Cómo sería?
Si yo pudiera elegir el final sería: Roque, para salvar a todos sus compañeros, que están atados en una mazmorra, mata a Hugo y a Wulf. En su mansión encuentra varias maletas llenísimas de dinero, denuncia a la Policía el proyecto Géminis y cierran Ottox. Con el dinero, Roque le compra a Elsa sus acciones de La laguna negra, le regala una casa a Marcos y Paula, otra a Iván y Julia, a Vicky la pone a trabajar en el internado con él de co directora y, tras unos años, ella se queda como directora. Al cabo del tiempo Roque construye una mansión al lado donde metería a todas las chicas con las que no ha conseguido ligar a lo largo de la serie (risas) y ahí se quedaría hasta la eternidad (risas). Roque tiene que ser un gigoló (risas). Soy consciente que no va a ser así, porque en le mundo real, Roque, por muy entrañable que pueda ser, es el 'bajito feo' de la serie.